El artículo nos explica como un
incremento en el número de homínidos (explosión demográfica) hace evolucionar a
la población de monos hacia la colaboración. La falta de recursos era una
amenaza y solo los que fueron capaces de trabajar en equipo evolucionaron. Desde
ese momento, la unión entre los miembros se fortaleció y provocó la
especialización. Este es uno de los principales rasgos que diferencia a los
humanos del resto de especies y eso nos proporciona un poder sobre los demás.
Una de las hipótesis que justifican la capacidad del ser humano para
poder superar cualquier competencia, sea entre su propia especie u otra, es:
“Humanos y chimpancés cambian el tamaño de
su pupila en respuesta al cambio del que tienen enfrente”.
Para llegar a alcanzar el ser
humano su aspecto físico actual, ha sido necesario realizar un camino evolutivo
desde sus antepasados hasta hoy. Por ejemplo, la disminución de los colmillos,
tener menos masa muscular si se compara con especies que pueden parecerse a la
nuestra, como los chimpancés.
El último homínido descubierto
fue “el descubrimiento de Ardi”, cuya
característica principal era ser capaz de andar erguido, además de tener sus
colmillos más pequeños y poco afilados. Este fue el primer cambio que hizo posible
que existieran hombres capaces de cuidar a sus bebes, ser menos violentos y a
favor de la cooperación.
Un rasgo físico que diferencia al
ser humano de los demás es el blanco de los ojos, también conocida como la
esclerótica blanca, ésta nos ayuda a poder comunicarnos de otra manera con los
demás. Aunque este rasgo es fundamentalmente humano y es una norma, también se
puede dar en otras especies, como por ejemplo los gorilas.
El blanco de los ojos, también
llamado la esclerótica, es un rasgo característico humano, que en algunas
ocasiones puede llegar a ser una desventaja, fundamentalmente en actividades
que se realizan en solitario; y una ventaja en aquellas actividades que se
necesita la colaboración o el trabajo en equipo.
Lo anterior, fue una teoría
propuesta por los japoneses Hiromi Kobayashi y Shiro Khoshima. Y más tarde se
les unieron otros científicos, como Michael Tomasello, donde avanzaron en el
análisis de la función en este rasgo humano. Si nos ponemos a comparar a
nuestra especie con otros primates, se observa que los gorilas o los chimpancés
siguen la mirada, pero con movimientos de la cabeza y no sólo de los ojos, y
son solo los humanos los que siguen la mirada sin tener que mover la cabeza.
También encontramos otros científicos como Tobias Grossmann, que tratan de
explicar cómo se puede tener una comunicación a través de una simple mirada. Éstos
afirman que las señales visuales pueden funcionar en interacciones cercanas sin
ningún tipo de contacto físico, explica que <<en comparación con las
señales vocales, la coordinación a través de la vista tiene la ventaja de ser
silenciosa, haciendo que sea ideal para la comunicación en actividades de grupo
como la caza o la recolección, cuando existe riesgo de ser detectados por las presas
o por otros depredadores>>, siendo ésta la conclusión.
Se afirma que el éxito del hombre
es la capacidad de poder compartir intenciones a través de la mirada.
Se cree, que las expresiones
visuales que tiene el ser humano puede llegar a ser también un mecanismo de
defensa. Una teoría explica como con una simple mirada se puede identificar el
miedo u otro sentimiento, lo que nos ayuda en situaciones de riesgo para uno
mismo. También se ha demostrado que a veces hay situaciones en las que el ser
humano con este rasgo demuestra empatía, ya que imita en ocasiones la expresión
visual de otro interlocutor.
En conclusión la mirada es una
herramienta fundamental para la relación social que ha ido evolucionando a lo
largo del tiempo, y es una característica que diferencia al ser humano del
resto de especies.
- http://elpais.com/elpais/2016/01/15/ciencia/1452878450_692815.html